¿Y DIOS?


El Padre Luis Espinal Camps (Lucho Espinal) nació el 2 de febrero de 1932 en la ciudad de San Fruitós de Bages, cerca de Manresa España. En agosto de 1949 ingresa en la Compañía de Jesús y se ordena como Sacerdote en julio de 1962 en la ciudad de Barcelona. Fue enviado Bolivia como misionero, donde luchó por la defensa de los Derechos Humanos. Posteriormente, fue detenido por paramilitares y torturado, siendo asesinado finalmente el 21 de marzo de 1980. Sacerdote Jesuita, Cineasta, Comunicador Social y Radialista que desempeño su labor pastoral en Bolivia. Sus posturas contrarias a las dictaduras y su apoyo a los movimientos mineros antidictatoriales, especialmente a las huelgas de trabajadores y sus esposas, encabezadas por Domitila Chungara, le valieron enemistades durate el gobierno defacto de Luis García Meza Tejada


¿Y DIOS?


A veces, el mundo nos parece vacío, sin Dios. Hay injusticias, y dios calla. Ha dejado el mundo tan en nuestras manos, que tenemos la posibilidad de destruirlo: y aún de crucificar a Dios.

A lo más, imaginarnos un Dios lejano, más allá de las nubes, como una galaxia.
Por esto, en la soledad nos tienta tanto el tibio contacto humano.
Señor del misterio, danos a sentir tu presencia en el corazón de la vida; queremos hallarte en lo profundo de lo cotidiano.

Estás tan cerca que es un error salir en tu búsqueda, lejos. Estás presente entre nosotros, en cada uno; te revelas en todo esto que fascina o hiere.
Tú estas presente en nuestra intimidad hecha diálogo, cuando se enciende el iris del amor interpersonal. Sabemos que el pecado es solo una adoración atajada a mitad de camino.

Ven, Señor Jesús. Pero, en realidad, ya has venido; ya estás viniendo. Ya ha empezado la eternidad. Ahora sólo nos falta ver.

Entre tanto, con los ojos abiertos, te buscaremos en todos los rostros humanos.
Sabemos que te estás revelando siempre, en cada sonrisa, en cada problema.
Ábrenos, Señor, el oído, como una antena expectante, para escuchar tu latido, repetido en cada ser humano.

Que no te busquemos solamente en el templo, sino en la comunión de la góndola y de la acera. Que no te miremos solamente en el crucifijo, sino en la crucifixión del suburbio y del penal. Presente en nuestros hermanos, sobre todo en los más pobres y oprimidos, que sepamos encontrarte a Ti, Señor.


P. Luis Espinal s.j.

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