ENTRE LA FE Y LA RAZÓN

Tarde te encontré Cuando las brisas del otoño Descubren las ramas secas del silencio Cuando la vida se acaba en un simple verso Epitafio de un sueño, destierro eterno Tarde te halle Cuando la luz sede ante la noche Y las estrellas revelan su esplendor Lejanas letanías sin brillo, sin amor Que se apagan, que se queman, llagas de sol Tarde te encontré Diminuta luz escondida Estrella fugar que pasa y deja vida Solo sueños, solo espinas Tarde te encontré, tan solo una brisa Marce Miranda ©

Descubro el silencio de tu voz En las ramas secas que caen con el viento En las rimas secretas que desbaratan mi alma Laberintos escondidos entre sal y agua Desbaratando caminos, labrando lo eterno En simples brisas descubro tu aliento Pero no…. No se puede tentar al silencio Ni descubrir el llanto y sus secretos No se puede cubrir el sol con un dedo Ni tampoco soñar sin alas, sin viento Descubro la amargura de tu voz En el llanto seco del ocaso En los versos muertos que rompen la calma De los sueños muertos entre sal y agua Caminos eternos, paraísos, miedos Una luz, una escalera y un millón de muertos Pero no…. No se puede tentar al desierto Ni cambiar sus arenas y tiempos No se puede pensar al mar sin cielo Ni tampoco volar sin alas, sin viento Marce Miranda ©